A favor de la libertad de expresion

jueves, 6 de mayo de 2010

Cobos El Usurpador


El vice-opositor utilizó la reforma del impuesto al cheque para refrescar su imagen en los medios. El negocio de vender falsos consensos y los riesgos de forzar una crisis institucional.


Es insólita. Es inédita. Es insospechada. Pero no es enfermiza. Y tampoco improvisada. La bipolaridad de Julio Cleto Cobos –esa que lo tiene como vicepresidente y también lo identifica como líder de la oposición anti K– no es la misma que la del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde. Podrán compartir perversidad pero, en el caso del mendocino, cada acción y reacción están estratégicamente planificadas. No podía ser menos para un ingeniero al que lo obsesiona un objetivo, con fecha de vencimiento.

La última semana, la reforma del impuesto al cheque desnudó uno de los ejes centrales de su construcción de cara al 2011: retomar su protagonismo en los medios. No fue una tarea difícil. Primero Cleto ganó espacio al apropiarse de su cargo para dar un discurso en el recinto. Según el reglamento, el presidente del Senado no tiene ni voz ni voto (salvo en caso de desempate), pero el mendocino hizo caso omiso de las normas institucionales que dice defender. Y despachó: “Permítanme expresar algunas consideraciones...”. Los noticieros reprodujeron las reflexiones cobistas que obtuvieron respuesta. Por caso, el senador salteño Juan Carlos Romero le señaló: “No quiero desvirtuar su rol, señor presidente, que en mi caso personal, como muchos de aquí, lo hemos defendido, pero tampoco queremos que se aparte del mismo. El artículo 33 del reglamento establece que el presidente no discute ni opina sobre el asunto que se delibera. Con todo respeto, le pido que apliquemos el artículo 33 del reglamento”.

Los minutos de pantalla, sin embargo, ya habían corrido. Y sumaría más.

Al avalar la media sanción del proyecto de ley con una mayoría simple –a pesar de que la Constitución nacional establece que, en materia impositiva, las normas deben ser aprobadas con mayoría especial–, el mendocino desató una polémica. El Gobierno lo cuestionó fuertemente y la oposición, con la enemiga declarada Elisa Carrió incluida, lo respaldó sin condiciones. Mimado por el establishment mediático, Cleto se defendió desde Mendoza a través de dos reportajes ofrecidos a los diarios Clarín y La Nación. “Si quieren respetar la Constitución, que empiecen por respetar al vicepresidente –apuntó–. Si quieren iniciarme juicio político, que lo inicien, porque lo están diciendo desde hace tanto tiempo. Son las reglas institucionales.”



Sin preámbulos, la temblorosa voz del voto “no positivo” tornó a intento de hombría. La necesidad de mostrar a un Cobos desafiante no fue espontánea: surgió como resultado de focus groups que hombres cercanos al vice encargaron para medirlo como precandidato presidencial. Claro que no fue la única conclusión que obtuvieron. Entre otras, figuran:

- Su gran similitud con el ex presidente Fernando de la Rúa.

- Su falta de fortaleza para enfrentar al peronismo.

- Su alto grado de conocimiento entre los vecinos de distintas provincias.

- Su mejor posicionamiento en comparación con el bonaerense Ricardo Alfonsín, el mendocino Ernesto Sanz, la chaqueña Elisa Carrió y el santafesino Hermes Binner.

- Su pasividad al correrse de la discusión respecto de los principales problemas coyunturales.
“Pero los números variaron en los últimos tiempos”, advierte un radical mendocino que lo conoce de cerca. Y explica: “Hace un año, por ejemplo, encargué encuestas en la provincia para medir su doble función de vice y opositor y lo bancaba el 44 por ciento. Hace un mes, repetí el esquema y el escenario cambió: el 12 por ciento sostuvo que debía permanecer en su cargo y un 46 que debía renunciar. La función de Cobos en el Senado no es ética. Es un inmoral”.

El ingeniero, en cambio, prefiere mostrarse como “paladín del consenso”, aun consciente de que coloca en la cornisa el equilibrio institucional de la Argentina mientras trabaja en su armado electoral. Tal como denunció Veintitrés el pasado 25 de marzo, Cobos realizó 176 vuelos en los últimos dos años, de la mano de los beneficios que le otorga su cargo y con destino a distritos como Bahía Blanca, Córdoba, Catamarca y Corrientes, entre otros, donde intenta reforzar su imagen. Un total de cuatro millones de pesos del Estado invertidos en la promoción de su precandidatura presidencial.

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